¿Por qué fumas y por qué dejarlo?

Módulo 1 - La preparación y los primeros días

Explora las razones profundas por las que empezaste a fumar y por las que ahora quieres dejarlo, aprendiendo a hacer un balance personal y a transitar el duelo de manera saludable.

Aunque todo el mundo esté de acuerdo en que dejar de fumar es lo más saludable y sensato, sugerimos responder a las preguntas: ¿Qué pierdes si dejas de fumar? ¿Qué te aportaba? ¿Por qué motivos lo dejas?

Parece extraño, pero comprender, legitimar y ser compasivo con la parte de ti que quiere fumar, te puede ayudar a dejarlo. Por eso te preguntamos: ¿Cuál fue la motivación inicial para empezar a fumar?

Podemos distinguir entre la motivación para conectar: con otras personas, con las sensaciones, con el placer, con la recompensa, con una faceta más atractiva de ti mismo; y la motivación para desconectar: del entorno, de una tarea, del estrés, de un malestar emocional, del sufrimiento, de la familia, o del trabajo.

Cuando se persigue la desconexión, a menudo se quiere generar un espacio propio mediante el cigarrillo.

También puede que se busque llenar un vacío. Consumir significa llenar, adquirir, y es por ello que frecuentemente se consume para mitigar una sensación interna de falta, de vacío. O bien, se puede empezar a fumar para parecer más interesante o adulto o para rebelarse.

Como ves, puede haber distintas motivaciones detrás del tabaquismo, y pueden ser muy personales y subjetivas.

Si sientes que todavía estás indeciso sobre si empezar, o no, una abstinencia, te recomendamos que hagas un balance, en el que anotes, en una tabla de 4 celdas, los beneficios que sientes que obtienes al fumar (1.) y al estar abstinente (2.), y las desventajas que asocias al fumar (3.) y a la abstinencia (4.). Este ejercicio te puede ayudar a clarificar la relación que tienes con el tabaco, a tomar una decisión, y a buscar alternativas para obtener los beneficios que sientes que te aporta el tabaco.

En la valoración entre los motivos a favor de fumar y los motivos para dejarlo, hay que asegurarse que los motivos para dejarlo tienen más peso, y que son motivos propios, no ajenos. En caso de que no lo sientas así, quizás estés en una fase previa, y debas darle más espacio y tiempo a ese balance.

También, puedes empezar a distinguir las motivaciones de los distintos cigarros que fumas a lo largo de una semana, ya que no todos los cigarrillos se fuman por los mismos motivos: porque el cuerpo te lo pide, como automatismo o hábito, para sostener un malestar, como recompensa, descanso o premio, o como un pequeño espacio para ti mismo, para salir de tu rutina, para parecer mayor…

No obstante, cuando hay una adicción, suele ocurrir que se desvincula la motivación del consumo. Eso significa que ya no es necesario que aparezca la motivación que estuvo al inicio del tabaquismo (conexión, desconexión, llenar un vacío, parecer mayor...), para que ese consumo se produzca, ya que este se reproduce sin necesidad de motivación.

Si sientes que tu balance se decanta hacia la abstinencia, es importante que sepas que, a veces, se vive una sensación de pérdida y de duelo cuando se deja de fumar. El duelo es una experiencia psicológica y emocional que responde a una situación vivida como una pérdida, y cada cual lo puede vivir de una manera distinta. Puede parecer contradictorio, porque en realidad deseas quitar el tabaco de tu vida, pero recordemos que eso significa que hay una parte de ti que siente que el tabaco le aportaba algo, y está bien escuchar esa parte también, en lugar de negarla.

Para atravesar el duelo es recomendable recordar qué es lo que buscabas en el tabaco, como y cuando entró en tu vida, si hay algo bueno que te haya aportado, si hay anécdotas o situaciones curiosas en las que te recuerdes con un cigarrillo en la mano; pero también que pienses por qué te quieres alejar de él.

Forma parte de este proceso expresar las emociones asociadas que pueden ser de cualquier tipo: tristeza, por la pérdida; miedo, por lo que vendrá; rabia, por las consecuencias sufridas, etc.

Para avanzar en un duelo, hay que permitir esa experiencia psicológica, no solo castigar y demonizar tu "yo" fumador. Permitir los sentimientos implicados en estas fases facilitará que las puedas transitar e integrar, y finalmente, avanzar. En cambio, inhibir estos contenidos puede promover el estancamiento o retroceso.

En ese sentido, los rituales de despedida como una forma de digestión emocional son un buen predictor del éxito del proceso. Con ellos puedes anclar psicológicamente la transición a la nueva fase de tu vida, e incidir en el trasfondo psicológico de la dependencia.

Hay investigaciones cualitativas que indican que, si el duelo se elabora, se permite, y se hace explícito mediante una carta de despedida al tabaco, el compromiso con y el buen pronóstico de la abstinencia aumentan (más información en el capítulo "El Día D"). Inclusive, se propone que la carta sea compartida en voz alta con otras personas del entorno o que se encuentren en el mismo proceso. Se trata de un ejercicio simbólico, y cada cual puede pensar en otros rituales de despedida que le sean cómodos.

Puede resultar extraño que le demos tanto espacio a la despedida, si en realidad, lo que se desea es alejarse cuanto antes del cigarrillo. También es cierto que hay personas que no sienten esa pérdida o duelo, y que pueden obviar esta parte.

La justificación de estas propuestas reside en el hecho de que la relación persona-tabaco, sobre todo si ha sido prolongada, puede llegar a ser una relación compleja. En algunos aspectos puede ser parecida a la relación que puedas llegar a tener con otras personas, y construida sobre la base de ingredientes subjetivos que se pueden abordar, si eso te ayuda en tu propósito.

En cuanto a las razones por las cuales dejarlo, te hacemos la pregunta: ¿por qué ahora y no antes?

Seguramente tengas muy claros los motivos para dejar de fumar: los beneficios para la salud, económicos, en las relaciones, etc.

Pero has escogido este preciso momento y puede ser útil saber por qué, en vista de que ello te conectará con tu motivación personal. Y como ya hemos visto, para superar una adicción hay que ser parte activa del cambio.